Si hay un idioma oficial que se habla en Dublin, Irlanda, es el de la cerveza. Hasta para desayunar es la bebida predilecta. Además de esto, la ciudad se distingue por su clima cambiante. Dicen que podrías experimentar todas las estaciones del año en un solo día. Desde que llegamos pude entender el porqué. En menos de diez horas que llevábamos, ya había llovido, estuvo soleado, e hizo frío a tal punto que tuvimos que usar abrigos y ropa adicional.
Pero volvamos a la cerveza. Basta con caminar por una de las áreas más turísticas de la ciudad para llegar hasta el Temple Bar. Establecido en el 1840, este bar es el modelo original del "Irish Pub". Ir es una parada casi obligatoria. Está abierto todos los días de la semana desde la mañana hasta la madrugada, y a todas horas encuentra uno gente tomándose una cerveza mientras escucha alguna banda tocar.
Si el gusto por la cerveza es suficiente, ir al Guiness Storehouse debe ser parte de la agenda. Allí conocimos todo el proceso para producir esta famosa cerveza mientras íbamos probando diferentes clases. Al final del tour uno sube al último piso del edificio donde no solo te sirven un vaso de Guiness, sino que tiene una vista increíble de la ciudad.
Para conocer más el pasado de Dublin y remontarse a la época medieval, recomendamos visitar Dublinia, un museo para conocer mejor la historia de los vikingos. Este es un museo súper interactivo en el que uno no solo va conociendo la historia, sino que la va reviviendo. Uno termina hasta vestido de vikingo. Es un espacio ideal para visitar con niños. El Castillo de Dublin es otro lugar para conocer más del pasado de la ciudad.
Basta con dar un paseo por la ciudad para ver la cantidad de jóvenes que hay. Esto se debe en parte a que cuentan con Trinity College, una universidad súper reconocida. Como en todas partes, la presencia de juventud le da una vibra única a la ciudad.
La visita a este destino no puede acabar sin cruzar el famoso Puente Ha'penny, que cruza el río Liffey. Este es un puente peatonal en el centro de la ciudad. Alrededor de 27 mil personas lo cruzan a diario, por los que unirse a esta cifra debe ser parte de la agenda cuando visitamos Dublin.
En fin, esta no es una ciudad europea común. Entre castillos, vikingos y cerveza, visitar Dublin es como estar en el set de una película durante la época medieval.
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